LOS RIESGOS DE LA SELECCIÓN ARTIFICIAL EN LA CRÍA DE PERROS
Los seres humanos hemos creado cientos de razas caninas en función de sus rasgos físicos y aptitudes para diseñar perros adaptados a nuestras necesidades. Sin embargo, nuestro interés por desarrollar y preservar las razas caninas también puede poner en riesgo la diversidad genética y la salud de los perros. En este artículo vamos a exponer los desafíos a los que se enfrentan los criadores para lograr razas homogéneas sin abusar de la consanguinidad y la exageración de los rasgos físicos.
RAZAS: ¿UTILIDAD O CLUB EXCLUSIVO?
Llevamos domesticando perros desde hace más de 15.000 años para que sean nuestros cazadores, pastores, guardianes y compañeros. Antiguamente, las razas caninas no tenían un estándar tan restrictivo sobre cómo debían ser. La población perruna, salvo excepciones, no estaba sometida a tanto control con respecto a su reproducción. Su selección artificial era rudimentaria e intuitiva, pero funcional.
A partir del sigo XIX, junto a los avances científicos en el campo de la genética, la gente comenzó a tomarse más en serio el valor de la especialización de los perros mediante la creación de los clubs de criadores. Fue entonces cuando se crearon la mayoría de las razas caninas modernas que podemos ver hoy en día. Mientras esto sucedía, varias corrientes de pensamiento como el darwinismo social y laeugenesia ganaron popularidad entre la aristocracia de la Época Victoriana. Las nuevas élites comenzaron a interesarse por el diseño perfeccionista de los perros como símbolo de estatus social. La cría de perros sirvió de ejemplo e inspiración de lo que podría llegar a ser una sociedad eugenésica mediante la creación de registros cerrados sobre el origen de los progenitores, la esterilización sistemática de los ejemplares no destinados a la reproducción y la búsqueda de un aspecto homogéneo para cada una de las razas.
DISEÑO CONTRA FUNCIONALIDAD
Uno de los principios fundamentales para los criadores caninos consiste en tratar de criar perros sanos y funcionales. Las estrategias de cría de la Federación Cinológica Internacional ponen de manifiesto lanecesidad de preservar la diversidad genética de las razas evitando la reproducción de individuos de ascendencia común, y criar únicamente con perros que no sufran enfermedades graves o alguna discapacidad funcional. Sin embargo, desde que se fundó la FCI las razas caninas están siendo cada vez menos sanas y funcionales. Aquí puedes ver algunas fotos extraídas del libro “Dogs of all nations” (libro completo) de W.E. Mason y del blog Science of Dogs para comprobar cómo han cambiado algunos perros desde 1915 hasta nuestros días:

Bull Terrier

Basset Hound

Dachshund

Bulldog Inglés
Dejando de lado los criterios estéticos, los esfuerzos de estos últimos años por criar perros sanos y funcionales no parecen haber dado los mejores resultados:
- Ciertas razas requieren cada vez más asistencia veterinaria para dar a luz sus camadas debido a su morfología.
- Otras razas han adquirido un gran riesgo de sufrir problemas óseos, vertebrales y dermatológicos por nuestro deseo de anteponer criterios estéticos antes de cuestionar su repercusión en la salud de los perros.
- El interés de algunos criadores por el pelaje de color mirlo en varias razas ha dado como resultado un gran número de perros sordos y ciegos. Recientemente algunos clubs de criadores están comenzando a restringir la cría de perros con esta característica pero en la mayoría de países aún no existe regulación sobre ello. Otro ejemplo de la influencia perjudicial de la apariencia en los perros puede verse en los dálmatas: los genes responsables de su característico pelaje también son los culpables de su riesgo a ser sordos. Se estima que la incidencia de este problema en los dálmatas se encuentra alrededor del 30% de los ejemplares. Tampoco debemos olvidar que el acervo genético de los dálmatas es tan escaso que los genes causantes de sus problemas urinarios afectan a todos los perros de la raza.
- La escasa diversidad genética de cada raza fomentada por los registros cerrados, la popularidad que llegan a alcanzar algunos sementales y los cruces entre perros emparentados dan lugar a perros menos fértiles y con un peor sistema inmunitario. La endogamia utilizada antiguamente por la monarquía para preservar el poder bajo sus líneas de sangre tiene sus riesgos. Si observamos el modo en que la consanguinidad acabó con los Austrias podemos darnos cuenta de los resultados que se obtienen al limitar la diversidad genética de una población.
BUSCANDO SOLUCIONES
Los clubs de criadores parecen dispuestos a actuar frente a estos problemas. La tecnología cada vez nos permite analizar más detenidamente la información genética transmitida, dándonos la oportunidad de seleccionar los perros más aptos para su reproducción. Tal vez en un futuro la cría de perros de pura raza termine realizándose con una mayor supervisión mediante los avances en ingeniería genética. Puede sonar a ciencia ficción, pero parece la opción más factible para quienes desean conservar las razas caninas sin introducir “sangre nueva” en sus razas, ya que muchos criadores no son partidarios de cruzar sus perros con otro ejemplar de origen desconocido por no saber si él o sus antepasados podrían tener en sus genes el riesgo de sufrir enfermedades hereditarias o rasgos no deseados.
Pese a todo esto, ojalá siempre siga existiendo la originalidad de los perros sin raza para conservar el vigor híbrido de la especie.
