Perros que entienden nuestros gestos

miércoles, 9 de abril de 2014

Articulo muy interesante sobre el Estrés en los Perros y su rendimiento

LA RELACIÓN ENTRE LA GESTIÓN DEL ESTRÉS Y EL RENDIMIENTO DE LOS PERROS

¿Por qué existen perros con una aparente habilidad innata para lograr objetivos por si mismos y sobreponerse a las dificultades, mientras otros parecen ser incapaces de motivarse incluso por su propia comida?
¿Por qué algunos perros no soportan mantenerse quietos ni por un momento, y reaccionan agresivamente ante una ligera frustración como quitarles la comida o un juguete?
La respuesta a esas preguntas casi siempre tiene que ver con la gestión de los niveles de estrés del perro. Te invito a que sigas leyendo y descubras una de las teorías más extendidas sobre cómo lograr que tu perro consiga un mayor rendimiento ante situaciones estresantes… La ley de Yerkes y Dodson.
perro estrés

En primer lugar conviene recordar lo que realmente es el estrés. Como dijimos en otro artículo, el estrés (del inglés stress, que significa tensión) es todo aquello que incita al perro a moverse tanto para alejarse de lo que no le gusta (distrés) como para acercarse hacia lo que le interesa conseguir (eustrés). Como puedes ver, el estrés en sí mismo no es nocivo. Lo realmente malo para el perro será afrontar niveles de estrés excesivos o insuficientes (como le sucede a un perro inseguro por que le quiten un objeto, o a un perro sin apetito por tener siempre la comida disponible).

LA “U” INVERTIDA DE YERKES Y DODSON

Según esta teoría, el nivel de estrés guarda una estrecha relación con el rendimiento de nuestro perro a la hora de memorizar, aprender y solucionar problemas. Pero en contra de lo que podría pensarse, esta relación no es lineal. Es decir: no por estar más motivados para querer conseguir o evitar algo, nuestros perros serán más resolutivos.
campana-de-yerkes

En esta gráfica puedes ver cómo esa relación mantiene una curiosa forma de U invertida con las patas ligeramente separadas. La alegría, satisfacción y resolución óptima de los problemas se encuentran en la cúspide de la figura. En el extremo de la pata con bajo nivel de estrés aparecen la apatía y el aburrimiento, mientras que en la otra se encuentran la angustia y la frustración. Por eso,cuanto mayor sea la apatía o la angustia que experimenten los perros (ya sea durante su educación o adíestramiento), peor será su rendimiento.
Robert Yerkes
El doctor Robert Yerkes, quien en su etapa como profesor de psicobiología en Yale, desarrolló esta teoría junto a John Dodson.
La depresión y la ansiedad podrían considerarse procesos crónicos de niveles excesivamente altos o bajos de estrés incluso en situaciones similares:
  • Depresión ante la ausencia de un miembro del grupo (fallecimiento)= Nivel de Estrés radicalmente bajo.
  • Ansiedad ante la separación del grupo (de los propietarios al salir de casa)= Nivel de Estrés radicalmente alto por querer reencontrarse con ellos.

La cúspide de esta montaña representa el punto donde el nivel de estrés es el óptimo para aprender y responder más adecuadamente al desafío presentado. Si queremos que un perro afronte los retos con buena predisposición, ésta será la zona en la que debería encontrarse. Una vez pasado el punto más alto, el reto comenzará a superar la capacidad resolutiva del perro.

RESUMIENDO…

La ley de Yerkes y Dodson nos permite sacar algunas conclusiones:
  • Si queremos que los perros aprendan es imprescindible exponerles a cierto grado de estrés. La cuestión no es reducir el estrés, sino enseñar a los perros cómo gestionarlo.
  • Es necesario presentar desafíos con una dificultad ajustada a las capacidades de cada perro.
  • Podemos aumentar el volumen de la campana ejercitando la resolución de problemas de los perros y aumentando su autocontrol frente a motivaciones como comida, juguetes, otros perros…etc.
  • Si practicamos la gestión del estrés de los perros, conseguiremos además que “no se vengan abajo” con tanta facilidad y lograremos que se recuperen antes de niveles puntualmente altos de estrés.

El perro y la relación con sus dueños.

El cerebro del perro activa su cerebro con el olor de sus dueños

Una investigación reciente de la Universidad de Emory en Atlanta relata cómo reacciona el cerebro del perro al recibir el olor de una persona con la que convive. Dicha investigación fue dirigida por el Doctor en Neurociencia Gregory Berns autor del libro How Dogs loves us (Cómo nos aman los perros) y que usa la neuroimagen para estudiar las reacciones en el cerebro del perro. El estudio se publicó recientemente en la Revista Behavioural Processes y puede descargarse gratuitamente a través deScience Direct.
Desde hace algunos años, este científico estadounidense está interesado en saber qué ocurre dentro del cerebro del perro y sus similitudes con el funcionamiento del cerebro humano. Para tal efecto, Gregory usa para sus estudios imágenes obtenidas a través de Resonancia Magnética Nuclear Funcional (RMNf) que, entre otras cosas, permite localizar la actividad de las células a nivel del cerebro.
Para la realización de este estudio, se contó con un total de 12 perros, 5 de ellos actualmente trabajando como Asistencia o Terapia, además de su propio perro. Estos animales fueron preparados para permanecer quietos durante el proceso de obtención de datos. En estas sesiones se le presentaron a los perros gasas impregnadas con el olor de: una persona familiar, otra desconocida, un perro familiar y otro desconocido.
Lo que pudieron observar los investigadores es que, cuando recibían el olor de la persona conocida, se activaban en el cerebro la zona del núcleo caudado relacionado con la aparición de la expectativa ante situaciones positivas. Ante los olores desconocidos no se activaba de manera significativa y, quedando en segundo lugar, el olor referido a un perro conocido. Esto hace indicar que el perro es capaz de discernir entre humanos conocidos y no conocidos a través del olfato y la persistencia de estos olores en el cerebro del perro.